abril 15, 2024

BitCuco

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¿El Bitcoin es realmente anónimo? Realidad y mito

bitcoin anonimato

Cuando comenzamos a invertir en las criptomonedas, uno de los principales argumentos que las hacían tan interesantes era el hecho de que nos prometían anonimidad a la hora de realizar las transacciones digitales.

Esta anonimidad estaba sustentada en el hecho de que las carteras de criptomonedas no están vinculadas en ninguna cuenta bancaria ni a nuestra identidad real, con lo que en principio no es posible saber quién es el dueño de una cartera de criptodivisas determinada, ya que no está asociada a su nombre ni se encuentra registrada en ninguna base de datos más allá de la propia blockchain.

Sin embargo, es evidente que esta anonimidad ha dejado de existir en muchos ámbitos relacionados con las criptodivisas, comenzando por las propias plataformas de trading que solicitan nuestros datos personales para darnos acceso a sus servicios de compra venta de criptomonedas, en cumplimiento con la ley vigente.

La anonimidad de las criptodivisas sencillamente está ausente para quienes compran criptomonedas en Binance, Coinbase o eToro, algo que sencillamente debemos aceptar si queremos utilizar estos servicios.

La anonimidad tampoco está garantizada fuera de los brokers

Sin embargo, también nos encontramos con un problema a la hora de buscar la anonimidad con Bitcoin fuera de estas plataformas. Es cierto que Bitcoin nos permite operar en el mercado de criptomonedas sin necesidad de desvelar nuestra identidad, pero lo cierto es que la anonimidad que nos ofrece el Bitcoin es más bien una pseudoanonimidad, en el sentido de que, más que ocultar nuestra identidad y las transacciones que hacemos con nuestra cartera de criptomonedas, lo que hace Bitcoin es enmascarar esas transacciones y nuestra propia identidad bajo el ‘nombre’ de nuestra cartera de criptomonedas.

Este problema de la pseudoanonimidad es común a la inmensa mayoría de criptodivisas y parte inherente del funcionamiento de su blockchain. Para que una blockchain pueda comprobar la veracidad de las transacciones realizadas por el conjunto de sus usuarios, es necesario que este mismo conjunto de usuarios tenga acceso a las transacciones realizadas por todos sus miembros, de manera que se puedan verificar las transacciones legítimas y falsear los intentos de vulnerar la integridad de la blockchain.

Este es un problema estructural de las criptomonedas que es común a la inmensa mayoría de criptodivisas y que, salvo en proyectos como Monero, permite trazar el recorrido de las operaciones realizadas por una cartera de criptomonedas en concreto hasta su eventual conversión en divisas fiduciarias.

No hay nada que sea 100% anónimo, ni dentro ni fuera de las criptodivisas

El problema de la anonimidad va mucho más allá de las criptodivisas y se extiende en muchos otros ámbitos de nuestro día a día. Incluso servicios como las VPN o el navegador Tor, que en principio garantizan una navegación privada gracias a su encriptación robusta, son insuficientes para garantizarnos una navegación totalmente anónima en internet, ya que sigue habiendo aspectos de nuestra navegación que permiten a otras compañías recopilar nuestros datos: por ejemplo, cada vez que accedemos a una cuenta online o cada cookie que almacena nuestros datos de navegación en internet.

bitcoin anónimo

En este sentido, es importante que tengamos en cuenta que la supuesta anonimidad que nos ofrecen las criptomonedas solo es tal dentro de unos límites que vienen determinados por las propias características definitorias de la blockchain.

Aspectos como la trazabilidad de las operaciones que realizamos con nuestra cartera de criptodivisas o el hecho de que nuestros fondos pasan a quedar completamente vinculados a nuestra identidad cuando los depositamos en nuestra cuenta bancaria o realizamos ciertos pagos con ellos, son factores a tener muy en cuenta a la hora de considerar esta supuesta ‘anonimidad’ que atrae a tantos inversores al mercado de las criptodivisas.

¿Y qué hay de Monero y otros proyectos de criptomonedas privadas?

El caso de Monero es diferente y merecería un capítulo aparte para revisar las claves del funcionamiento de su blockchain. Ya desde el white paper de CryptoNote –el origen de Monero, allá por el año 2013– se presentaba la trazabilidad de las criptodivisas como uno de sus puntos débiles más importantes, de manera que dentro de esta criptomoneda no es posible –al menos sobre el papel– saber cuánto saldo tiene una cartera de criptodivisas en específico o cuáles han sido las transacciones realizadas entre unas carteras y otras.

Sin embargo, incluso Monero tiene sus deficiencias. Dejando al margen el hecho de que la blockchain de Monero todavía podría sufrir vulnerabilidades criptográficas que expongan estos datos –de ahí la Hacienda estadounidense ofrezca una recompensa de 625.000 dólares a quien logre crackear esta criptodivisa–, sigue existiendo el problema de justificar el dinero procedente de la blockchain de Monero cuando se lo traslada a cualquier otra plataforma o se lo convierte a una divisa fiduciaria, ya que de otro modo no podremos hacer uso de él.

La anonimidad de las criptomonedas, como la de cualquier aspecto de nuestra vida digital, debemos considerarla desde un punto de vista prudente, y tener siempre presente que no existe el 100% de anonimidad cuando realizamos cualquier tipo de operación –financiera o no– dentro de la red de redes.